Bienvenidos a la página web oficial de "La Parroquia San Martín de Porres" perteneciente a la Paraguanera Diócesis de Punto Fijo, Estado Falcón, Venezuela, ubicada en la Urbanización Jorge Hernández de La Ciudad de Punto Fijo, integrada por las comunidades católicas de las urbanizaciones Jorge Hernandez, Santa Fe y Altamira de esta ciudad, es un medio informativo de carácter general para publicar las programaciones y actividades propias de la parroquia, con el fin de canalizar todas las manifestaciones de evangelización para así fomentar una cultura parroquial, de aporte, contribución y donativos de los parroquianos y devotos de San Martín de Porres, donde quiera que se encuentren, así como de la feligresía propia de la parroquia y el público en general, que puedan ser ofrecidos a la iglesia y la Fundación San Martín de Porres, institución parroquial encargada de canalizar las aportaciones destinadas a costear la definitiva conclusión del templo votivo a nuestro santo patrono, el mantenimiento y mejoras del complejo parroquial así como las obras sociales en las áreas de influencia de la parroquia; reuniendo a las familias cristianas en general del área limítrofe de influencia, y canalizar todo tipo de iniciativa de sus parroquianos.
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ROMA, 12 Dic. 15 / 12:01 am (ACI).- “No se entristezca tu corazón…
¿Acaso no estoy yo aquí, que soy tu Madre?”, le dijo la Virgen de
Guadalupe al afligido Juan Diego un 12 de diciembre de 1531.
Ella, la Emperatriz de América y Patrona de México y el Estado Falcón en Venezuela, quiso dejar su imagen desde
ese día en una sencilla “tilma” como señal del Amor de Dios para creyentes y no
creyentes.
Con motivo de esta gran celebración,
las puertas de Basílica de San Pedro se abrirán hoy para que el Papa Francisco
junto a miles de fieles latinoamericanos y 750 sacerdotes concelebrantes
festejen una gran Misacriolla
en castellano.
La historia de la Virgen del Tepeyac
Solo diez años después de la conquista
de México, los misioneros tenían poco éxito en la evangelización y conversión
de los nuevos pueblos, en gran parte por el mal ejemplo de los que llamándose
cristianos, abusaban de los nativos.
El 9 de diciembre de 1531 la Virgen se
le apareció a un humilde indio, convertido al cristianismo, llamado Juan Diego,
en un lugar denominado Tepeyac. María se presentó como “la perfecta siempre
Virgen Santa María, Madre del verdadero Dios”.
La Reina del Cielo le encomendó
que en su nombre le pidiese al Obispo Capitalino, el franciscano Juan de
Zumárraga, la construcción de una Iglesia en el
lugar de la aparición.
El Obispo no aceptó la idea y la Virgen
le pidió que insistiera. Al día siguiente, Juan Diego volvió a encontrar al
Prelado, quien lo examinó en la doctrina cristiana y le pidió pruebas objetivas
del prodigio.
El martes 12 de diciembre, la Virgen se
le presentó y consoló a Juan Diego diciéndole “No temas…” porque su tío
ya estaba curado. Luego lo invitó a subir a la cima de la colina del Tepeyac
para que recogiera flores y se las trajera.
A pesar de la estación invernal y la aridez
del lugar, San Juan Diego encontró flores muy hermosas y la colocó en su
“tilma”. La Virgen entonces le mandó que se las presentara al Obispo.
Estando frente al Prelado, el Santo
abrió su “tilma” y dejó caer las flores. En el tejido apareció la imagen de la
Virgen de Guadalupe y el Obispo y demás presentes cayeron de rodillas con gran
asombro. Luego el Obispo pidió perdón.
Al día siguiente fueron al monte del
Tepeyac, donde de inmediato la gente se ofreció para elevar el templo. Juan
Diego pidió permiso y fue presurosamente a ver a su tío Juan Bernardino, que
había estado muy grave de salud, y al llegar vio que su pariente estaba
recuperado.
Allí Juan Diego le contó lo sucedido y
el tío respondió diciendo que la Virgen también se le había aparecido y que
Ella le había pedido que contara lo de su curación al Obispo.
Con el manto, la Virgen trajo
reconciliación entre nativos y españoles porque con los símbolos que allí
aparecen, las dos culturas podían entender perfectamente el mensaje del Cielo.
De igual modo, les ayudó a comprender que la fe cristiana no es propiedad de
nadie, sino un don de amor para todos.
En los 7 años después de las
apariciones, hubo una conversión de 8 millones de nativos. Lo que es un
promedio de 3 mil hombres diarios y que hace recordar a la predicación de San
Pedro en el día de Pentecostés, en el que también se convirtieron 3 mil hombres
aquella fecha.
Cada año se acercan a la venerada
imagen alrededor de 20 millones de fieles y en el día de su fiesta, se calcula
que casi tres millones acuden al santuario.
“Mucho quiero, ardo en deseos de que
aquí tengan la bondad de construirme mi templecito, para allí mostrárselo a
ustedes, engrandecerlo, entregárselo a Él, a Él que es todo mi amor, a Él que
es mi mirada compasiva, a Él que es mi auxilio, a Él que es mi salvación”, dijo
la Virgen de Guadalupe a San Juan Diego.
“Porque en verdad yo me honro en ser
madre compasiva de todos ustedes, tuya y de todas las gentes que aquí en esta
tierra están en uno, y de los demás variados linajes de hombres, mis amadores,
los que a mí clamen, los que me busquen, los que me honren confiando en mi
intercesión. Porque allí estaré siempre dispuesta a escuchar su llanto, su
tristeza, para purificar, para curar todas sus diferentes miserias, sus penas,
sus dolores”, añadió la Madre de las Américas.
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