Bienvenidos a la página web oficial de "La Parroquia San Martín de Porres" perteneciente a la Paraguanera Diócesis de Punto Fijo, Estado Falcón, Venezuela, ubicada en la Urbanización Jorge Hernández de La Ciudad de Punto Fijo, integrada por las comunidades católicas de las urbanizaciones Jorge Hernandez, Santa Fe y Altamira de esta ciudad, es un medio informativo de carácter general para publicar las programaciones y actividades propias de la parroquia, con el fin de canalizar todas las manifestaciones de evangelización para así fomentar una cultura parroquial, de aporte, contribución y donativos de los parroquianos y devotos de San Martín de Porres, donde quiera que se encuentren, así como de la feligresía propia de la parroquia y el público en general, que puedan ser ofrecidos a la iglesia y la Fundación San Martín de Porres, institución parroquial encargada de canalizar las aportaciones destinadas a costear la definitiva conclusión del templo votivo a nuestro santo patrono, el mantenimiento y mejoras del complejo parroquial así como las obras sociales en las áreas de influencia de la parroquia; reuniendo a las familias cristianas en general del área limítrofe de influencia, y canalizar todo tipo de iniciativa de sus parroquianos.
Contactos: Sacristía +58.269.247.23.30 – sanmartindeporrespf@gmail.com – web master +58.0414.969.28.42
Hoy domingo la iglesia católica celebra la solemnidad de Pentecostés. ¡ Ven Espíritu Santo!
“Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse. Había en Jerusalén hombres piadosos, que allí residían, venidos de todas las naciones que hay bajo el cielo”.
Según el Catecismo de la Iglesia Católica,
el Espíritu Santo es la "Tercera Persona de la Santísima Trinidad".
Es decir, habiendo un sólo Dios, existen en Él tres personas distintas: Padre,
Hijo y Espíritu Santo. Esta verdad ha sido revelada por Jesús en su Evangelio.
El Espíritu Santo coopera con el Padre
y el Hijo desde el comienzo de la historia hasta su consumación, pero es en los
últimos tiempos, inaugurados con la Encarnación, cuando el Espíritu se revela y
nos es dado, cuando es reconocido y acogido como persona. El Señor Jesús nos lo
presenta y se refiere a Él no como una potencia impersonal, sino como una
Persona diferente, con un obrar propio y un carácter personal.
El Espíritu Santo, el don de Dios
"Dios es Amor" (Jn 4,8-16) y
el Amor que es el primer don, contiene todos los demás. Este amor "Dios lo
ha derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido
dado". (Rom 5,5).
Puesto que hemos muerto, o al menos,
hemos sido heridos por el pecado, el primer efecto del don del Amor es la
remisión de nuestros pecados. La Comunión con el Espíritu Santo, "La
gracia del Señor Jesucristo, y la caridad de Dios, y la comunicación del
Espíritu Santo sean con todos vosotros." 2 Co 13,13; es la que, en la
Iglesia, vuelve a dar a los bautizados la semejanza divina perdida por el
pecado. Por el Espíritu Santo nosotros podemos decir que "Jesús es el
Señor ", es decir para entrar en contacto con Cisto es necesario haber
sido atraído por el Espíritu Santo.
Mediante el Bautismo se nos da la
gracia del nuevo nacimiento en Dios Padre por medio de su Hijo en el Espíritu
Santo. Porque los que son portadores del Espíritu de Dios son conducidos al
Hijo; pero el Hijo los presenta al Padre, y el Padre les concede la
incorruptibilidad. Por tanto, sin el Espíritu no es posible ver al Hijo de
Dios, y, sin el Hijo, nadie puede acercarse al Padre, porque el conocimiento
del Padre es el Hijo, y el conocimiento del Hijo de Dios se logra por el
Espíritu Santo.
Vida de fe. El Espíritu Santo con su gracia es el
"primero" que nos despierta en la fe y nos inicia en la vida nueva.
El es quien nos precede y despierta en nosotros la fe. Sin embargo, es el
"último" en la revelación de las personas de la Santísima Trinidad.
El Espíritu Santo coopera con el Padre
y el Hijo desde el comienzo del Designio de nuestra salvación y hasta su
consumación. Sólo en los "últimos tiempos", inaugurados con la
Encarnación redentora del Hijo, es cuando el Espíritu se revela y se nos da, y
se le reconoce y acoge como Persona.
El Paráclito. Palabra del griego "parakletos",
que literalmente significa "aquel que es invocado", es por tanto el
abogado, el mediador, el defensor, el consolador. Jesús nos presenta al
Espíritu Santo diciendo: "El Padre os dará otro Paráclito" (Jn
14,16). El abogado defensor es aquel que, poniéndose de parte de los que son
culpables debido a sus pecados, los defiende del castigo merecido, los salva
del peligro de perder la vida y la salvación eterna. Esto es lo que ha
realizado Cristo, y el Espíritu Santo es llamado "otro paráclito"
porque continúa haciendo operante la redención con la que Cristo nos ha librado
del pecado y de la muerte eterna.
Espíritu de la Verdad: Jesús afirma de sí mismo: "Yo soy el
camino, la verdad y la vida" (Jn 14,6). Y al prometer al Espíritu
Santo en aquel "discurso de despedida" con sus apóstoles en la Última
Cena, dice que será quien después de su partida, mantendrá entre los discípulos
la misma verdad que Él ha anunciado y revelado.
El Paráclito, es la verdad, como lo es
Cristo. Los campos de acción en que actúa el Espíritu Santo, son el espíritu
humano y la historia del mundo. La distinción entre la verdad y el error es el
primer momento de dicha actuación.
Permanecer y obrar en la verdad es el
problema esencial para los Apóstoles y para los discípulos de Cristo, desde los
primeros años de la Iglesia hasta el final de los tiempos, y es el Espíritu
Santo quien hace posible que la verdad a cerca de Dios, del hombre y de su
destino, llegue hasta nuestros días sin alteraciones.
Símbolos
Al Espíritu Santo se le representa de
diferentes formas:
Agua: El simbolismo del agua es significativo
de la acción del Espíritu Santo en el Bautismo, ya que el agua se
convierte en el signo sacramental del nuevo nacimiento.
Unción: Simboliza la fuerza. La unción con el
óleo es sinónima del Espíritu Santo. En el sacramento de la Confirmación
se unge al confirmado para prepararlo a ser testigo de Cristo.
Fuego: Simboliza la energía transformadora de
los actos del Espíritu.
Nube y luz: Símbolos inseparables en las
manifestaciones del Espíritu Santo. Así desciende sobre la Virgen María
para "cubrirla con su sombra". En el Monte Tabor, en la
Transfiguración, el día de la Ascensión; aparece una sombra y una nube.
Sello: Es un símbolo cercano al de la unción.
Indica el carácter indeleble de la unción del Espíritu en los sacramentos
y hablan de la consagración del cristiano.
La Mano: Mediante la imposición de manos los
Apóstoles y ahora los Obispos, trasmiten el "don del Espíritu".
La Paloma: En el Bautismo de Jesús, el
Espíritu Santo aparece en forma de paloma y se posa sobre Él.
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