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José Padilla en plena labor del estudio realizado. |
Departamento de Identificación Facial de la PNP realizó el trabajo.
Después de 435 años reconstruyen el rostro del venerado San Martín de
Porres que fue realizado por técnicos del Departamento de Identificación Facial
de la Policía Nacional del Perú.
El historiador Pedro Djurinovic reunió a un equipo de peritos para
realizar la hazaña. Uno de los artífices de esta proeza es el técnico José
Portilla, responsable de realizar el identikit en base a datos sobre rasgos
faciales.
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Facciones de San Martin de Porres en un imagen en tres dimenciones. |
SIGUIÓ EL EJEMPLO
Portilla, quien tiene 26 años trabajando con la identificación de los rostros de criminales, en el departamento encargado de Identificación Facial, siguió los pasos de su padre, que reconstruyó el rostro de Santa Rosa de Lima y apoyó con la elaboración del identikit del único santo que pudo
juntar perro, pericote y gato.
Anteriormente el rostro de San Martín había sido plasmado por muchos
pintores y representado por distintos actores en cine y teatro.
En 1660 el arzobispo de Lima, Pedro de Villagómez, inició la recolección de declaraciones de las virtudes y milagros de Fray Martín de Porres para promover su beatificación, pero a pesar de su biografía ejemplar y de haberse convertido en devoción fundamental de mulatos, indios y negros, la sociedad colonial no lo llevaría a los altares. Su proceso de beatificación hubo de durar hasta 1837 cuando fue beatificado por el Papa Gregorio XVI, franqueando las barreras de una anticuada y prejuiciosa mentalidad.
El Papa Juan XXIII que sentía una verdadera devoción por Fray Martín de Porres, lo canoniza en la Ciudad del Vaticano el 6 de mayo de 1962 ante una multitud de cuarenta mil personas procedentes de varias partes del mundo nombrándolo "Santo Patrono de la Justicia Social", exaltando sus virtudes con las siguientes palabras: "Martín excusaba las faltas de otro. Perdonó las más amargas injurias, convencido de que el merecía mayores castigos por sus pecados. Procuró de todo corazón animar a los acomplejados por las propias culpas, confortó a los enfermos, proveía de ropas, alimentos y medicinas a los pobres, ayudó a campesinos, a negros y mulatos tenidos entonces como esclavos. La gente le llama ‘Martín, el bueno’."
La proclamación de Martín de Porres como santo fue sustentada por las milagrosas curaciones que ocurrieron a una anciana gravemente enferma en Asunción(Paraguay) en 1948 y a un niño con una pierna a punto de ser amputada por la gangrena en Tenerife (España) en 1956
“La causa de san Martín siempre fue atrasada por un cierto no digamos
racismo, pero siempre se buscaba alienar al santo europeo. Con Juan XXIII entra
toda la iglesia universal”, refiere el padre Fernando Janssen, de la Facultad
de Teología Pontificia y Civil de Lima
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José Padilla muestra el resultado de su estudio al mundo entero |
Para mayor información oprime el
reproductor del video “400
años después: El verdadero rostro de San Martín de Porres” al lado izquierdo de esta página.
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